CONTRARELOJ


Empiezo a entender a esa querida amiga que nunca me contesta a los mensajes. Empiezo a saber que se siente cuando realmente no tienes tiempo. Esa sensación de que aunque quieras, no llegas a todo tal y como querrías. Y entonces empiezas a renunciar. Renuncias a saber de todo el mundo al que no puedas tocar al instante. Renuncias a todo lo que resulta banal en comparación a tus compromisos. Renuncias. Simplemente, abandonas.

Entonces recuerdas, te recuerdas. Sabes como te sentías. Sabes como se sienten. Pero aún así no haces nada para resolver esa incomodidad que te está comiendo. Solo escribes. Escribes por las noches antes de irte a dormir en las notas de un móvil que tiene más batería que nunca. Escribes a las 2 de la madrugada, luchando contra el deseo del sueño. Escribes, y te quedas dormida junto a tus pensamientos e inquietudes, todo aquello que necesitas sacar fuera. Te duermes con esos mensajes sin responder.

Podrías contestar a toda esa gente. Podrías hacer que desapareciese el numerito de tus notificaciones durante los largos viajes en tren que haces cada semana, pero no lo haces. Inviertes tu tiempo en leer algo que no sea un ensayo para ese trabajo que te quita la vida. Inviertes tu tiempo en escuchar por enésima vez un tema de Amy Winehouse o, si estás más adolescente, Wildest Dreams de Taylor Swift nunca sienta mal. Inviertes tu tiempo en tratar de recuperar todo aquello que no puedes hacer nunca: cuidarte. Tratas de no caer en el bucle del que quieres huir y así, romper la monotonía de la rutina universitaria.

Se que te tengo olvidada, que os tengo olvidados, a todos. Y noto como os voy perdiendo. Me duele. Me duele más que a nadie. Pero no quiero. No quiero contestarte al mensaje, y leer esa temida respuesta que acabo de obtener: un simple "bien.". No quiero tener que justificarme una y otra vez acerca de este repentino comportamiento, éste que veo que se va a alargar unas cuantas semanas más. Por eso he desaparecido. He escondido las palabras que nos unían. He pospuesto el momento de afrontar esta nueva realidad que, cuando la vivo, confronta muchas partes de mi ser. Pero no te he olvidado. No he pasado página de ti. Sigues siendo tan o más importante de lo que eras, sólo que la distancia y el tiempo nos están poniendo a prueba. 

Publica un comentari a l'entrada

Copyright © EL RACÓ DELS ROSEGADORS. Designed by OddThemes